El piercing es un servicio que normalmente suele ofrecerse en casi cualquier estudio de tatuajes. No obstante, en muy pocos se hace de forma verdaderamente profesional.
Hacer un piercing no es hacer un agujero como sea e introducir cualquier pieza de joyería. La técnica del piercing ha evolucionado mucho con los años y actualmente es todo un mundo aparte.
Un piercing es una perforación en nuestra piel, y como tal, hasta que no cicatrice por completo, es una vía libre para la entrada de muchos patógenos. Es por esto que no se deben hacer con pistola, ya que ésta no se puede esterilizar en autoclave y por lo tanto, es una herramienta peligrosa para la transmisión de enfermedades como hepatitis o VIH entre otras. Además, la joyería que se introduce en ella, es de medida única, por lo que no respeta la fisionomía de cada persona que puede ser muy diferente, complicando la cicatrización. Para rematar la situación, es completamente ilegal realizar piercing con pistola tanto en joyerías como en farmacias. De ahí su bajo coste, nunca te fíes de lo que es muy barato.
Un piercing verdaderamente profesional se realiza con aguja americana, específicamente diseñada para realizar piercing, mediante técnica aséptica, con guantes estériles y joyería de titanio grado implante con rosca interna, el mejor material para que tu cuerpo no presente alergias ni rechazos y entre lo más suave posible sin rasgar o hacer daño como lo haría la joyería de rosca externa.
Puedes ver más trabajos de nuestra anilladora en su Instagram: @minina_bodypiercing.